Los Heraldos Negros

Aquí les dejamos un vídeo con el poema de César Vallejo: 
Los Heraldos Negros.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!

Fuente:http://www.literatura.us/vallejo/negros.html

Warma Kuyay

Les presentamos un video de la obra Warma Kuyay, del autor apurimeño José María Arguedas.

El sueño del pongo

Esta es una obra o mas bien un cuento donde se demuestra el maltrato de los españoles a los indígenas, pero todo cambia cuando el marginado se rebela mediante un sueño.

El pongo se dirige caminando hacia la hacienda de su patrón, cuando llegó él no lo recibió muy bien, pues lo marginaba y lo trataba de vizcacha y perro. Lo humillaba siempre a la hora del Ave María, Pero un día el pongo se atrevió a hablarle y fue entonces cuando le contó su sueño:
Estaban los dos, después de muertos, desnudos frente a San Francisco, cuando este dijo: De todos los ángeles que venga el más hermoso, el que más vale y que traiga consigo una copa de oro con la miel de la chancaca más dulce y con ella cubra a este hombre (Patrón) de los pies a la cabeza, llegó el ángel y así lo hizo. Después San Francisco volvió a mandar: De todos los ángeles que venga el más feo, el que menos vale y que traiga en sus manos un tarro de gasolina con  excremento humano y cubra a este pobre hombre (pongo) con el. Vino el ángel y así lo hizo. Terminado el trabajo de los ángeles, San Francisco volvió a ordenar por última vez: "Todo que los ángeles debían hacer está hecho, ahora ¡Lámanse el uno al otro!.
Despacio, por toda la eternidad", en ese momento el ángel más viejo y feo, se transformó en el más joven y bello.